Thursday, August 14, 2008

La Vaca Sagrada

jk

escribe Ramón Castillo

Cuando una persona que tiene una oficina en Nueva York y maneja cuentas de más de cincuenta millones dólares va a visitar al Sumo Pontífice de la iglesia Católica, en ese tiempo el famosísimo Juan Pablo II, transportándose en un bus de servicio público y vistiendo un sari de algodón valorizado en una rupia ¿lo hace para dar signos de devota austeridad o es simplemente una herramienta publicitaria de increíble eficiencia? ¿Y qué pensaría usted si esta misma persona, después de pasar gran parte de su vida inaugurando morideros completamente rudimentarios en más de noventa países tercermundistas basándose en la idea de que el dolor es una forma de acercarse al sufrimiento de Jesús, llegado el momento de su muerte se internara en las clínicas más exclusivas del Occidente? Seguramente usted evocaría o imaginaría una persona despiadada, egoísta, que se preocupa más por su persona que por los que la rodean, e indudablemente no pasaría por su cabeza que aquel ser humano del cual estamos hablando es justamente el símbolo internacional de lo poco de bueno que hay en este mundo, la vaca sagrada en cuanto a solidaridad universal se refiere: el premio Nobel de la Paz, la Madre Teresa de Calcuta.

En 1995, Christopher Hitchens, un periodista y crítico literario norteamericano nacido en el Reino Unido, publicó su libro La Pose del Misionero criticando deliberadamente la labor y reputación de la Madre Teresa. En el libro, se recogen datos y contradicciones sobre la vida de la recientemente beatificada poniendo el dedo en la yaga cuando se habla de temas como el culto al sufrimiento que propagan la Misioneras de la Caridad, la orden creada por la Madre, el porqué su fundación es la única organización en todo India que no publica sus cuentas, el uso del dinero donado el cual se dice que se usa para abrir más sedes de las Misioneras… en todo el mundo y propagar su doctrina más no directamente en ayudar a los pobres y el criticado trato primitivo que reciben los enfermos en sus, tristemente llamadas, Casas de los Moribundos.

Pero, ¿es Agnes Gonxha Bojaxhiu, su nombre real, una farsa tan grande? ¿O es sólo que se vio envuelta en un remolino de irrefutable credulidad pública que le dieron los medios y pasó a ser desde entonces y para siempre un personaje cuyas acciones son juzgadas de acuerdo a su reputación en vez de que su reputación sea juzgada de acuerdo a sus acciones?

Algo Bello para Dios fue el trampolín a la fama de la Madre Teresa. El documental de Malcolm Muggeridge, emitido por la BBC y filmado en Calcuta, India en 1968, constituía de una entrevista con la Madre y, posteriormente, una visita a uno de los centros donde ayudaba a los enfermos a tener una “muerte católica”. En el documental hay un brillo inusual en ciertos cuadros que corresponden a la filmación del lugar y sobre la figura de la Madre Teresa. Muggeridge, asombrado, atribuyó públicmanete esta luz a la intervención divina. El camarógrafo dijo que se debía al uso de un nuevo tipo de película producido por Kodak para lugares donde la luz no es muy favorable. El libro del mismo nombre que sucedió al documental un año después se convirtió en un best-seller y posicionó, finalmente, el nombre de la Madre Teresa de Calcuta como la marca oficial de la solidaridad y de logotipo su cara fea y arrugada adornada con el sari blanco de filo azul.

Pocas o ninguna vez se ha visto a otra monja de las Misioneras expresar una opinión mientras la Madre Teresa estaba viva. Dicen que era una dictadora. Que quería estar en todos lados para responder por todos y ser la única vocear oficial de su organización y de sí misma. Que sabía a quien halagar y por quien orar públicamente (que es una forma de ataque cristiano). Como cuando, hablando de su amiga, la Princesa Diana, dijo “ojalá se separe de él (Principe Carlos), y sea feliz” olvidando momentáneamente su ferviente posición en contra del divorcio. O como cuando escribió una carta al juez Lance Ito en defensa del norteamericano Charles Keating, que en ese tiempo era procesado por el robo de más de 250 millones de dólares a más de diecisiete mil empresarios, alegando que el acusado había donado más de un millón de dólares a las Misioneras de la Caridad y que Su Eminencia mire “dentro de su corazón y haga lo que Jesús haría.”

Aunque no todo sobre ella haya sido verdad, la Madre Teresa cambió el mundo. Prueba contundente de que sólo se necesita una voluntad determinante para voltear la historia a nuestro favor. En el futuro, las generaciones venideras conocerán, probablemente, a una santa inmaculada que vivió en tiempos donde ya nadie creía en milagros. Nadie verá sus contradicciones o sus quiebres de fe. Nadie se ocupará de saber si hizo todo lo que hizo por sacar a los pobres de la injusticia o de simplemente utilizarlos para extender sus doctrinas. El futuro verá que en medio de un siglo XX completamente ajeno a la bondad, inconscientemente amante de la guerra y sumergido en lo superficial y lo intrascendente, la persona más admirada internacionalmente no era un cantante famoso ni un actor de extremada hermosura sino una anciana chiquita y bastante fea nacida a principios de siglo en la impronunciable ciudad de Skopje que quiso enseñarle al mundo que el amor y la voluntad son las únicas armas que tiene el hombre para terminar todas las guerras.



Publicado en Día 30 in a galaxy far, far away...


me voy a ir al infierno.

Monday, April 28, 2008

Bob Dylan - Boots Of Spanish Leather

No, there's nothing you can send me, my own true love
there is nothing i'm wishing to be owning.


No merezco escribir sobre Bob Dylan. Simplemente no lo merezco. Es que estoy convencido que es imposible hacer una crítica o apreciación que se pueda parar al lado de alguna de sus canciones sin tener que mirarla desde lo bajo alzando la cabeza y cubriéndome la mirada del sol con una mano haciéndome de visera. Sería como escribir una reseña de Meridiano de Sangre o elaborar un ensayo sobre Heat. Sólo bastaría con decir escuchen, lean y miren.

Por eso, me limito a la ofrenda

Boots of Spanish Leather, ó Botas de Cuero Español es, de lejísimos, mi canción preferida de Dylan. Es un clásico tema del maestro extraído de su etapa folky del Times They Are A-Changing. Un amor interrumpido en el tiempo y el espacio, separado por el océano Atlántico donde cada verso es un diálogo del hombre (vamos, todos sabemos que es Dylan) hacia la mujer y viceversa. Ella se ha ido a España y, al principio, quiere regresar, y en sus cartas le pregunta hasta el hastío qué quiere que le traiga a lo que él, magistralmente estoico, responde Oh, how can, how can you ask me again? … The same thing i want from you today, i would wan’t again tomorrow.

Ella no vuelve y Bobby le pide las famosas botas para irse de su vida para siempre

Cual sera el motivo de que las canciones de amor son justamente de desamor, pero aún así siempre aparecen y nos calientan el corazón a todos.

Desde que Dylan tiene esa voz de lagartija degollada, la canta y toca de una manera espeluznante. Si hay alguien hay afuera, consígase la versión original, que es un lagrimón.

Monday, February 11, 2008

Yeeeeeeeha!

Este blog ha ganado el segundo puesto en el concurso nacional Amarillas en Mi Vida. La cosa consistía en hacer un post de exactamente 100 palabras que hablé sobre los beneficios de usar las Páginas Amarillas enel día a día.

Más info aquí.

Thursday, January 31, 2008

De la vida real

No sabía su nombre pero sabía en qué trabajaba. Cogió el directorio, arrancó la página ciento noventa y siete y con esa hoja arrugada en el bolsillo recorrió las primeras quince madereras enlistadas sin tener en cuenta la dirección o el tamaño de la empresa, saltando de una parte de la ciudad a otra. Cuando llegó a Maderas Fermín preguntó por ella describiéndola al detalle. Le dijeron que espere y la mandaron a llamar. En el acto, salió disparado del lugar pues sabía que la dicha de lo que buscaba residía en perseguirlo hasta el hastío para no encontrarlo nunca.

Fisura

La pared se rajó durante la madrugada. Buscamos en el libro amarillo y elegimos el anuncio más pequeño. Llegaron, arreglaron la fisura y cobraron poquísimo. En la noche la grieta apareció como si ni siquiera hubieran intentado arreglarla. Lo barato salió caro. Contactamos a un anuncio de medio tamaño y por un precio razonable la repararon. Al día siguiente la rajadura reapareció y llamamos al número de un anuncio enorme. Costó mucho pero dio resultado. La pared de enfrente se resquebrajó dos días después. En el libro amarillo encontramos un equipo de mudanzas que nos ayudó a salir de ahí.